“HIJOS
CARDINALES “
Pieza 4 de proyecto Totem Travel
Esta pieza presenta una
serie de partes apiñadas como si de un rompecabezas se tratase, que de cerca
tendrán un lenguaje individual pero que vistas a cierta distancia presentan dos
perfilados y gigantescos rostros de un hombre y una mujer, dichos personajes
estarán ligeramente inclinados el uno hacia el otro, como buscándose, aunque
están irremediablemente separados. Es más, fragmentados, divididos.
El rostro masculino
estará colocado en la parte izquierda, hecho que tiene un lenguaje subliminal,
ya que generalmente la actitud de este es la de experimentar y buscar cambios y
hasta revoluciones. La mujer en cambio en el lado derecho refleja para el autor
la claridad objetiva que caracteriza a la mujer
para con las decisiones cotidianas de la vida y las de largo alcance,
siendo en la mayoría de los casos quien equilibra la convivencia.
Por otro lado cada una de
las partes que complementan dichos
rostros tendrá como objetivo evocar la ansiedad y la nostalgia que provoca la
migración en quienes la experimentan afectando
las facetas más intrínsecas de ellos como individuos; a saber de hijos,
esposos, padres, etc.
Es resaltable que el
trozo de puzle que forman las narices de los personajes son lo más próximo entre sí, pero lo que las
forma es a su vez una figura recogida,
desnuda y denotando una actitud existencial que es uno de los mayores énfasis de que con la
migración se puede estar “juntos” pero separados.
Así mismo las partes que
forman, tanto la frente del personaje masculino como los cabellos del femenino
serán una especie de cartas, en el caso masculino una grande que ocupará toda
su frente (sus pensamientos) y será un escrito con pretensiones poéticas que el
autor escribe denunciando la problemática de los C.I.E.S. europeos (Centro
Internamiento para Emigrantes). En el caso femenino un sinfín de cartas de
fondo negro más pequeñas evocará sus cabellos y estarán escritas con pintura
de diversas tonalidades para evocar así la multitud de vivencias en el transcurso de su vida como niña, mujer,
esposa y madre.
Existirán retazos de
maletas y bolsos complementando algunas partes más de los rostros y finalmente
los ojos en ambos casos serán una especie de juguetes que subliman el hecho de que el niño que
llevamos por dentro nunca termina de crecer
y algo de él, se filtra a veces en nuestras miradas .
Francisco Velásquez
Z. Madrid Octubre
2011